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Para tener una vida de éxito

1 comentario
Y es que para que te vean como alguien de éxito es imperativo que tengas dinero. Hasta vi el otro día un comercial en que se decía que comprando cierto detergente, que rendía para como 200 prendas, uno gastaba 35 pesos chilenos por lavar cada prenda.



Y en mis cursos de economía se recomendaba a los alumnos que, si les cuesta decidir entre qué actividad elegir, que las reduzcan todas a dinero, y vean con cuál de ellas ganan más (o gastan menos).

Y es que te muestran en la televisión cientos de comerciales cada día donde te tratan de convencer de que compres tal cosa o que vayas a tal lugar, donde solo por un poco de dinero lo pasarás muy bien.

Y es que si has terminado una carrera universitaria, tal vez lo mejor que puedas hacer en Chile es irte a Santiago, donde puedes empezar a ganar con relativa facilidad unos 700 mil pesos o más, y de ahí te buscas un buen depto, con seguridad, lavandería, tv cable e internet, todo por unos 170 mil pesos más gastos comunes, con un dormitorio y un living-cocina-comedor, central, cerca del metro y de los buses.

Y además puedes comprar un plasma para ver tv cable en tus días festivos, y un buen equipo de sonido para escuchar música. Y un buen auto, usado pero en buen estado, o tal vez nuenvo, para ir al trabajo y salir el fin de semana. Y con eso, ya te sentirás una persona triunfadora.



Y la vida transcurre más o menos así: lunes a viernes al trabajo por las mañanas, almuerzo al mediodía y trabajo por la tarde, luego de vuelta a casa, tal vez salir a tomar una cerveza con amigos, luego de regreso al depto, a navegar en internet o ver alguna película, y a dormir.

Los viernes por la noche a salir a algún pub o disco, quedarse hasta las tantas de la madrugada y regresar al depto en taxi. Dormir hasta tarde, ir al supermercadoa comprar las cosas que falten, oir algo de musica, juntarse o ver alguna pelicula solo, hacer algo de aseo, descansar el resto del día o salir a alguna parte. Y tal vez salir por la noche.

Día domingo de descanso, ver mas televisión, navegar un poc más por internet, reponerse para el lunes.

Y la rueda sigue girando.

Y eso es la vida de éxito, para eso se estudia 5 o más años. Se está donde se quiere. Lo que se quiera comprar está al alcance de la mano, gracias a las tarjetas. Y las ofertas le dan la oprtunidad a uno de estar siempre con lo último en ropa y tecnología, el placer de estarc on ropa cara de moda y con muchas comodidades en el depto.

Y esa es vida.

Y si vienen problemas como estrés laboral, depresión, mal humos, irritabilidad, serán vistos solo como hechos secundarios. Para están los socólogos, las licencias médicas, Pilates, Yoga, los gimnasios con personal trainers. Todo preparado para volvernos a insertar en el sistema cuanto antes, para que volvamos a estar en la rueda.

Y si no tenemos tiempo para mirar un atardecer mientras teneos nuestra mente en blanco, solo escuchando lo que nuestra alma nos dicce, es solo porque el éxito nos demanda tiempo. Si no leemos un buen libro, o si vemos una buena película, la emoción de verla solo nos dura hasta que apagamos el DVD, es porque vivimos enuna sociedad de emociones rápidas. La música ruidosa y el beber entre risotadas es la diversión de la sociedad moderna. La tranquilidad no tiene lugar en un mundo donde las cosas cambian a cada momento, donde cada día salen cosas nuevas que ofrecen infinitas formas de diversión y emociones.

Una sociedad vacía, muerta por dentro, donde todo lo que importa está escrito en números. Donde te pones un impermeable para no disfrutar de la lluvia en tu cara. Donde no hay árboles frutales de donde puedas comer frutas con tus manos. Donde la gente no trabaja para ser feliz, sino para comprarse cosas que le dañan más y más. Donde no se piensa ni se medita, pues no queda tiempo para eso. Donde solo se critica y se cuestiona, pero donde no se da la mano ni se sonríe. Una persona exitosa se puede bastar a sí misma en esta sociedad, y si tieen que pasar por encima de otros, lo hará sin contemplaciones. Y los años van pasando y el éxito empezará a tener un sabor amargo, y la sonrisa de satisfacción por lo logrado se transformará en una mueca deformada en el rostro, y el brillo de los ojos se extinguirá tras esos lentes de contacto azules.



Y la vejez tal vez nos muestre la gran imbecilidad de haber despilfarrado nuestras vidas llendo tras la nada misma, pero cargada de promesas de alegría que nunca obtuvimos. Y con un cuerpo viejo, tullido y malholiente miraremos con envidia a los niños sucios, sudorosos, correr tras una pelota y reir con esa risa que sí es de felicidad, tan distinta a la risa escuchada en los antros de entretenimiento los fines de semana. Y ya no habrá tratamiento que nos devuelva lo único que no podíamos comprar, nuestra vida, y que vendimos tan barata al sistema sin preguntarle a nuestra alma si estaba de acuerdo. Y moriremos de una u otra forma, y nuestro cuerpo putrefacto bajo una cripta será lo que quede de nuestros 'logros' y 'satisfacciones', quedando en las mentes de nuestros hijos nuestras sabias lecciones acerca de cómo debemos esforzarnos para ser alguien y triunfar en esta vida.

1 comentario :

Alejandro dijo...

Ha, angelorum, para los que vivimos en un par de piezas, temerosos de sí mañana tendremos o no almuerzo o techo; esa vida (claro que sin los antros) parece un paraíso.