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La doctrina del Shock: Friedman, Pinochet y el boicot de EEUU

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"La doctrina del Shock, El auge del capitalismo del desastre" es un libro de Naomí Klein, periodista e investigadora canadiense. En esta obra encontramos una detallada explicación de la forma en que Estados Unidos introdujo su sistema económico de 'libre' mercado en los países de sudamérica en los años 70 mediante maquinaciones y violencia.

Según Milton Friedman, premio nóbel de economía, el libre mercado era el sistema económico ideal para la sociedad humana y debía adoptarse mundialmente. Este sistema asume que todo ser humano es egoísta y que, si cada uno de nostros de preocupa por buscar sólo su propio bienestar, a la larga lograremos el bienestar colectivo. Aunque el sistema en teoría había sido formulado, se necesitaban economías en crisis en donde poder demostrar que funcionaba. Entonces llegamos a los años 70.

En plena guerra fría, Estados Unidos y La Unión Soviética, más allá de una contienda silenciosa entre naciones,  mantenían una lucha de ideologías: capitalismo contra comunismo. Y en esos años en sudamérica empieza a emerger una nueva ideología económica llamada Desarrollismo. Aunque más inclinada a la izquierda, pero no tan radical como la dictadura comunista, este sistema presentaba un nuevo obstáculo al sistema de libre mercado propuesto por los economistas de EEUU, quienes deseaban expandir su imperio económico a la mayor cantidad de países del orbe que fuera posible.

Entonces decidieron solucionar el 'problema' de sudamérica mediante un manojo especial de medidas, a las que la autora del libro mencionado denomina 'La doctrina del shock'.



Básicamente la doctrina del shock consistió en hacer tambalear la economía de los países que apostaban por el desarrollismo o tenían una economía no inclinada al libre mercado; luego introducir un golpe de estado en dicho país y causar temor en los ciudadanos rebledes mediante asesinatos, torturas o desapariciones de personas. Luego, cuando los golpistas habían asegurado su poder, llegaban los economistas de EEUU a imponer su ideología, traían emporesas norteamericanas que se adueñaban de los recursos naturales de esa nación, se eliminaba a las empresas nacionales y sus productos y dentro de poco tiempo el país estaba en las manos de transnacionales extranjeras y se veían obligados a comprar lo que ellas producían, a los precios y la calidad que ellas ofrecieran.



El principal laboratorio de pruebas del cono sur fue Chile. Una vez que Salvador Allende, político de izquierda, fue elegido presidente en la década de los 70, la CIA se encargó de que se eliminaran los préstamos del exterior, los bancos de EEUU rehusaran hacer tratos con Chile y la economía de Chile fue vilmente saboteada. Una vez que el país entró en crisis producto de estas acciones,  EEUU mismo financió y planeó un golpe de estado en el país, con ayuda de los jefes de las fuerzas armadas. Augusto Pinochet, jefe del ejército de Chile llegó al poder mediante la violencia y el asesinato de civiles y se convirtió en el títere de EEUU, para implantar las ideas económicas de Friedman y  ver si en verdad resultaban.



Aunque el experimento no resultó completamente, todos los países saboteados vieron sus economías irreversiblemente afectadas,  sus recursos naturales en manos de extranjeros que los explotaban para beneficio de las empresas y no de los ciudadanos, miles de empresas nacionales eliminadas y millones de personas inocentes salvajemente torturadas y asesinadas por las dictaduras.

Si alguien cree que exagero, es bueno que sepa que EEUU ha reconocido estos hechos abiertamente y que no son nada nuevo para los investigadores y expertos en estas materias.

¿Les parece un tema interesante? Pues les recomiendo leer el libro. El sistema de libre mercado no es tan libre como se afirma, no es un ambiente en que las fuerzas económicas floten libremente. Es un mundo en donde las empresas transnacionales, las que son en verdad grandes emopresas, pueden tener el poder sobre las personas e incluso sobre los gobiernos. Y quien crea que exagero,  le contesto que no olvide que la política no se trata acerca de cómo gobernar países, sino de cómo administrar los recursos de un país. Si un país llega a perder el control de los recursos que posee, la política pierde el sentido y el dinero y la maldita ley de la oferta y la demanda será nuestro nuevo presidente.

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