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Jodorowsky: el maestro y las magas

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"El maestro y las magas" es uno de los tres libros autobiográficos de este extraño ser. Actor, escritor, dibujante, cineasta, psicomago por excelencia, místico y medio loco o demasiado cuerdo, Alejandro Jodorowsky relata en este libro sus experiencias con la filosofía zen y con algunas mujeres a las que él llama magas, que le sirivieron de guía en la búsqueda de la verdad de la existencia y su sentido.

El camino hacia la iluminación puede ser algo dificil, en especial cuando arrastramos complejos y traumas que necesitan cerrarse para continuar. Alejandro habla de los suyos en este libro. No deseo hablar más del contenido, sólo recomendar a quienes sienten hambre y sed espiritual  que le echen una mirada. Dejo uno de los párrafos que más me ha llamado la atención (pues aún voy en la mitad de su lectura).



La respuesta de Takaja a una pregunta de Alejandro:

"-¡Basta! Una vez más remueves la superficie creyendo que escarbas profundo. Escucha la respuesta tradicional: «El discípulo imita la angustiada cara de  un espíritu y, uniendo sus manos, clama: "¡Por favor, sálvame!"». El espíritu que la cortesana ve es su propia imagen. Emperejilada para conquistar clientes, se desprende de los adornos y los arroja al agua que le presenta el reflejo de su cara. Al desprenderse de ellos, considerándolos semejantes al reflejo, la ramera doma sus deseos, la seducción le parece inútil, su ilusoria individualidad desaparece... Buda, viendo el presente como el mundo del sufrimiento donde el ego está amarrado por sus deseos, decretó su vacuidad. Abominando la enfermedad, la vejez y la muerte, decidió escaparse de la rueda de reencarnaciones y nunca más nacer... Pero ¿no podría esta ilusión llamada «ego» ser un elemento necesario para la perfecta realización?, ¿no podría el nacimiento ser considerado una fiesta?, ¿no podría la vida ser la felicidad?, ¿no podría aceptarse que la existencia efímera es un grado de la existencia eterna? Si el impensable Dios está en todo, el sufrimiento nada más es un concepto y la Consciencia un tesoro que se nos otorga eternamente. Sólo se puede perder lo que no es uno mismo. Se es lo que se es para siempre. Al mismo tiempo que los cuerpos se marchitan, el espíritu va apareciendo. El tiempo es nuestro amigo, nos aporta sabiduría. La vejez nos enseña a  no aferramos a la materia. Las riberas de un río no tratan de inmovilizar el transcurri r del agua. ¿Por qué temer a las enfermedades? Son nuestras aliadas. Los males corporales, al revelamos problemas que no osamos enfrentar, curan las enfermedades de la mente. ¿Miedo a perder la identidad? La suma de todas las identidades es nuestra identidad. ¿Miedo a ser abandonados? Si estamos con nosotros mismos, estamos acompañados. ¿Miedo a no ser amados? Libertad es amar sin pedir que nos amen. ¿A estar encerrados? El universo es nuestro cuerpo. Lo contenemos todo. ¿Miedo al otro? Es nuestro espejo. ¿Miedo a perder un combate? Perder un combate no es perderse a sí mismo. ¿Miedo a la humillación? Si vencemos nuestro orgullo, nadie nos puede humillar. ¿Miedo a la noche? La noche siempre está unida al día. ¿Miedo a ser estériles? El alma es nuestra hija suprema  -Ejo Takata se detuvo y lanzó una atronadora carcajada. Luego abrió su abanico y comenzó a abanicarse-. Caí en la trampa, vomité palabras. Tengo la lengua sucia. Y tú las orejas. Ven a la cocina. Guardo un botellón de buen sake. Vamos a beber entregá ndonos a la única respuesta válida para todas las preguntas: el silencio.  "

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