Angelorum

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Destino

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Mira mis ojos y dime qué ves. Ojos enrojecidos bañados en alcohol,  deslumbrados por la belleza de la vida en calles oxidadas y lúgubres. La vida se encuentra en el fondo de las botellas, al igual que en las esquinas de las ciudades, oscuras y olvidadas por los transehúntes del diario vivir. Entre los seres de los suburbios hay muchos grandes genios, ¿sabes? Personas que no quisieron y no pudieron adaptarse a la vida comunmente establecida. Gente que terminó cayendo en la desgracia por no poder caer en gracia a las Personas Importantes, estas que tienen las riendas del mundo en sus manos. Y deambulan en las sombras, entre tarros de basura y pensiones miserables, hurgando por algún pedazo de vida para llevar a sus cansados cuerpos.



Es que al genio no se le puede encerrar en una oficina gris y hacerlo trabajar con personas grises para ser premiado con un poco de dinero gris. Mejor seía tomarlo por la fuerza y llevarlo a un campo desolado,  abandonarlo a su suerte y dejarlo que muera en paz. Por eso hemos terminado acá, vestidos de harapos y durmiendo entre cartones o en alguna mansión en ruinas. Y tenemos de tesoro nuestros libros, nuestros conocimientos, más valiosos que la vida misma. Y lo más importante de todo, nuestro amor. Amor por ti, por nosotros, por él, por ella, por todo lo que existe y por la vida que lo inunda.

Y sabemos que somos muchos los escogidos, aunque pocos en comparación con los demás. Y esperamos que te nos unas. No tenemos grandes ofrecimientos para ti, mas poseemos respuestas de las preguntas que nadie se atreve a formular. No importa si nos rehuyes o te inspiramos aversión. Tarde o temprano te nos unirás, pues el tiempo señalado se acerca y nadie puede escapar de su destino.

Ocaso

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¿Has visto las nubes en un atardecer? ¿Acaso has contemplado un espectáculo más hermoso ante tus ojos?

Esas nubes rasgadas y los múltiples colores, fecundados por un sol ardiente en declinación. La belleza de un cielo ardiendo sobre nosotros y la brisa acariciando tu rostro. Y el reflejo en un mar diáfano, luminoso, cual espejo inmenso, acuoso, perfecto como la sonrisa de un niño o una mariposa aleteando sobre una flor.

¿Còmo describir las múltiples formas en el cielo? ¿Cómo darle un nombre a la majestuosidad que, cual pavo real de energía se cierne ante nosotros grandiosa, cada día cuando este está llegando a su fin?
Sólo basta fijar la mirada un instante, un pequeño instante, para quedar cautivado por el embrujo, la fascinación, la hermosura y la grandeza que nos hace sentir perqueños jugando a ser los grandes, los dioses, los gigantes que fueron. 


Se rumorea entre los sabios de verdad que los seres de luz alcanzan la pureza de los atardeceres y que su alegría es la belleza de los colores del sol. Se cuenta que la tranquilidad de un ocaso es la paz de ellos, mirando desde lejos los juegos de los hombres, sus glorias y sus caídas. Se dice que si miras una puesta de sol con los ojos adecuados, quedarás hechizado con su esplendor y parte del poder de los sabios se quedará en tu alma mortal  por el resto de tus días sobre este suelo. Desde entonces no serás el mismo, pues la llama de los sabios dirigirá tus pasos para que algún día llegues a ser como ellos, es decir, un dios.

Suse o Ubuntu? Mi experiencia con Suse

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Aunque Linux se acerca cada vez más al público en general, aún sigue siendo el gran territorio de los expertos en computación, sean salidos de alguna carrera del rubro o autodidactas.


Aún recuerdo cuando instalé mi primer linux. Fue la distribución Suse versión 5 o 6, creo. Constaba de 5 cds que un amigo me prestó. Recuerdo haberla instalado sin mayores problemas pese a que no tenía internet en esos años. Aprendí mucho de linux con esa versión.



Ahora tengo un pc 10 veces mejor, con Ubuntu 9.10 Karmik Koala instalado y con todos los programas, códecs multimedia y herramientas que necesito para ser un usuario feliz. Sin embargo, nunca he olvidado completamente a Suse, cual si hubiera sido un primer amor. Hace algunos meses me bajé el dvd de la última versión, Suse 11. Y hace tres semanas decidí instalarla en una nueva partición para probarla.



He leído varias notas comparativas acerca de ambas versiones. Lo que es indudable es que las dos están consideradas entre las mejores y más estables. Ubuntu es por lejos la más popular. También es la versión para la que más rápido salen actualizaciones de software y posee una gran cantidad de mirrors en el mundo.

Sin embargo, los mirrors de Suse -que no creo que sean tantos- permiten descargar actualizaciones con bastante rapidez, algo que no me esperaba.  En pocos minutos había decargado más de 100 mb y tenía el sistema a punto.

Algo que me gustó de Suse es que no tuve mayores problemas para configurar la red inalámbrica. Ingresé el SSID, contraseña y listo. En Ubuntu tuve que hacer la misma operación varias veces, pues por algún motivo desconocido, en las primeras ocasiones se me borraban los datos de la red al reiniciar el sistema, o bien no se conectaba nunca.


Otra cosa que volví a ver con mucho agrado en Suse 11 fue el administrador del sistema e instalador de paquetes YAST. Yast es un instalador completísimo. Basta con poner el nombre o palabras clave del programa a buscar y arroja un listado de los resultados. Si uno decide instalar paquetes y hay conflicto con los ya instalados, muestra una lista de recomendaciones de qué hacer (actualizar la versión de algún otro paquete, desinstalar algún software, etc). Basta con seleccionar la opción elegida, y Yast hará el resto por sí mismo. Además desde Yast se puede administrar el sistema completo y es muy fácil de usar.




El Administrador de Paquetes de Ubuntu cumple la misma función de instalar software, pero no es tan automático ni tan inteligente como Yast.

En asunto de drivers puedo decir que Suse detectó mi tarjeta de video Nvidia y la configuró desde el primer momento. En el caso de Ubuntu tuve que descargarlos yo mismo  y el proceso de instalación es complicado para un usuario normal, pues pasa por detener el servidor X, instalar en modo consola y reiniciar el servidor X.

Hay otras cosas que ya caen en el mero gusto personal. Suse permite instalar Gnome o KDE como escritorio. Yo elegí KDE y me siento muy satisfecho con el cuidado diseño de la gráfica. Eso sí, no me agradó que el browser de archivos por defecto sea Dolphin y no Konqueror, aunque esto se puede configurar, desde luego.



Una gran crítica en contra de Suse es que al instalarlo sólo el usuario root puede escribir en las particiones NTFS. Para cambiar esto debemos abrir el archivo fstab desde una consola con privilegios de root y cambiar los permisos. Algo nada conveniente para un usuario normal.

Otro problema con Suse aparece al momento de copiar y pegar archivos. Cada vezque hacemos Ctrl-C (copiar) y Ctrl-V (pegar) el archivo no se copia, sino que nos aparece un menu que nos pregunta si queremos copiar, mover o enlazar el archivo, cuando todos saben que la operación por omisión es COPIAR.

Ubuntu tiene un problema respecto al borrado de archivos. Cuando decidimos borrar un archivo, este se va inmediatamente a la papelera de reciclaje SIN pedirnos confirmación, lo que me parece algo completamente fuera de lugar. No sé a qué 'genio' se le ocurrió eliminar el cuadro de dialogo de confirmación, pero deberían demandarlo por tamaña estupidez.


Otra característica a comentar es el tamaño de cada distribución. Mientras Ubuntu cabe en un cd, Suse ocupa un dvd 5. Esto tiene sus pro y contras. El cd de Ubuntu, demora menos tiempo en descargarse y los demás programas se pueden instalar desde los mirrors en internet. Por ende, al tener ubuntu instalado requerimos tener conección casi permanente a la red. Suse, por otro lado, trae suficientes programas en el dvd de instalación para tener un linux completamente equipado aún sin acceso a internet.

Tal vez alguien objete que muchos de esos defectos se pueden resolver instalando tal o cual paquete o programa, pero mi objetivo es comentar acerca de dos instalaciones limpias y sin aditivos especiales. Soy de los que quieren instalar linux para trabajar en él, y no para darse el tiempo de modificalo a su gusto. Por lo que espero que la distribución venga configurada de fábrica para tener el mejor rendimiento posible.

Algo que considero necesario destacar es que ambas distribuciones cuentan con un instalador muy fácil de usar. Se esfuerzan por detectar la mayor cantidad de hardware y configurarlo automáticamente y también poseen opciones avanzadas de configuración para los usuarios más expertos. Eso sí, al momento de seleccionar la partición en dónde instalar linux, Suse y Ubuntu ofrecen un menú algo complejo de entender para un usuario normal. Sería deseable que lo simplificaran, aunque no dudo de que esto se logrará con el tiempo.

Bueno, después de haber vuelto a probar Suse y compararlo con Ubuntu, ya he tomado mi decisión.

Me quedo con Suse :)

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