Ayudemos a los más pobres... sí, como no
"La gente quiere que se le entregue la ayuda que necesita. En especial la clase media, las familias más vulnerables y los pobres." ¿De qué problema estamos hablando aquí? Póngale el atributo que le guste más: problema de salud, educación, trabajo. Pero la frase sigue siendo la misma, cual una plantilla con un espacio en blanco donde se puede escribir el problema del que se quiere hablar.
Lamentablemente, para las personas más ingénuas estas palabras pueden sonar muy bien. Ayudar a las personas, darles lo que necesitan, ayudar a la clase media -de la cual siempre se dice que es la más afectada, - y a las familias vulnerables -acá nos podemos imaginar una casa pobre, con un padre alcohólico y una madre cuidando tres hijos pequeños, para dramatizar más la escena.
Suena lindo y noble; ayudar a los que más lo necesiten. Pero los personajes -políticos en su gran mayoría, de variados partidos- que repiten y repiten estas palabras cada vez que en los medios de comunicación se muestra un problema que afecta a "las familias del país", jamás se refieren al porqué esas personas, familias o quienes sean llegaron a tener ese problema.
El discurso de "tenemos que ayudarlos para que estén mejor" es como darle una limosna a un pordiosero para salir del problema, en vez de detenerse y preguntarse: ¿Y cómo fue que este hombre terminó convertido en un mendigo y pidiendo dinero en la calle? ¿Acaso fue por las equivocadas decisiones que tomó en su vida, o simplemente por su mala estrella? ¿O por algo más?
Hace poco veía nuevamente un capítulo de Tolerancia Cero, programa chileno de entrevista y debate político emitido por Chilevisión. Camila Vallejo, en ese entonces presidenta de la Feuch, en un debate acerca de mejorar la educación en Chile, menciona que se debería eliminar el sistema binominal, modificar la constitución chilena, hacer algunas reformas tributarias, etc., con el fin de eliminar lo que, segun ella, es la causa fundamental del problema de la educación. Y la senadora designada Ena Von Baer Jahn respondió diciendo que las personas que necesitan más ayuda quieren solución a su problema, y que el debate acerca de la constitución o el sistema binominal se podrá hacer en otra ocasión.
La postura de solucionar el problema sin investigar la causa es análogo a tomar calmantes para el dolor en vez de averiguar si hay alguna fractura. Pero es más sencillo, se ve bien y no falta el ingénuo que se la cree. Es como dar limosna. Y hay muchos políticos que insisten en esa postura, y lo que es más penoso aún, hay gente que los apoya.
Como dijo el Padre Alberto Hurtado, "la caridad empieza donde termina la justicia".
Entonces, si tenemos demasiadas muestras de caridad, ya sabemos lo que nos está faltando.
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1 comentario :
ya se ha dicho, habrá q celebrar el día en q la caridad deje de existir, pues la cordura y la conciencia han desterrado para siempre a la desigualdad
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