Angelorum

Por favor, haz un clic sobre los anuncios cuando pases por mi blog, ya? =)

La naturaleza del mal

No hay comentarios

No suelo transcribir textos, pero este extracto del relato llamado "Pueblo blanco" o "La gente blanca" se lo merece. Fue escrito por Arthur Machen, uno de los grandes escritores del género del terror, aunque su fama no ha trascendido tanto como se lo mereciera. Fue uno de los que inspiraron a Lovecraft a escribir. Su tema es el terror, pero no el simplista horror sangriento, pleno de gritos y de escenas violentas, sino el terror que se siente al trascender la vida cotidiana y conectarse con otros planos de existencia, cuya  innegable y repentina realidad puede llegar a enloquecer a cualquiera.

Cada persona tiene una idea propia de lo que es el mal. Sin embargo, a menudo esa idea es completamente errónea, pues se atribuyen a la maldad actitudes cuya causa es el miedo, la inexperiencia, las vivencias, etc.

Pero Arthur Machen nos muestra una visión muy interesante acerca del pecado y la maldad, digno de reflexión:


"La Gente Blanca  PRÓLOGO

—Hechicería y santidad —dijo Ambrose— estas son las únicas realidades. Cada una es un éxtasis, un alejamiento de la vida común.
Cotgrave escuchaba, interesado. Había sido traído por un amigo a esta ruinosa  casa en el suburbio del norte, a través de un viejo jardín, hasta la habitación donde Ambrose, recluso, dormitaba y soñaba sobre sus libros.

—Sí —prosiguió— la magia se justifica por sus retoños. Hay muchos, creo yo, que comen costras secas y beben simple agua, con un goce infinitamente superior a cualquier cosa al alcance del epicúreo “práctico”.

—¿Habla usted de los santos?
—Sí, y de los pecadores también. Pienso que está usted cayendo en el muy difundido error de confinar el alcance del mundo espiritual tan sólo a los supremamente buenos; pero los supremamente malos, necesariamente, participan también de él. El hombre meramente carnal, concupiscente, no puede ser un verdadero pecador, de la misma manera que no puede alcanzar la santidad. La mayoría somos simplemente indiferentes, criaturas mixtas, andamos a tientas por el mundo sin darnos cuenta del significado y del sentido interno de las cosas; y, consecuentemente, nuestra bondad o nuestra malignidad son fútiles, de segunda clase.

No hay comentarios :