El Culto Solar: La verdadera Navidad

En un artículo anterior escribí acerca de la imposibilidad absoluta de que Jesús hubiera nacido el 25 de diciembre.

Entonces, ¿por qué celebramos su nacimiento ese día? Un poco de investigación nos lleva al Culto Solar.

Desde épocas inmemoriales el ser humano a rendido culto al Sol como símbolo de la fuente de vida. En verdad daría para más que un artículo -para más que un libro, en verdad, los cuales ya se han escrito- el hablar acerca de todas las culturas antiguas cuyas creencias incluían ritos relacionados con el sol.

Es interesante hacer notar que las culturas antiguas no eran tan primitivas como se suele decir. El culto original al Sol no nació para adorar a la esfera llameante como la causante de vida, sino que se entendía al Sol como el símbolo que representaba a la fuente de vida, llámesele 'dios' o 'causa primera' o con alguna otra denominación. Lo mismo ocurría con muchos otros elementos los cuales se tomaban como representación de algun ser o divinidad, pero no como la divinidad misma. Aunque con el paso del tiempo estas prácticas fueron degenerando en la adoración a los elementos, despreciando lo que representaban.

Y para los que practicaban al culto al Sol, en la época de diciembre se celebraba un acontecimiento especial: el solsticio de invierno. Según Wkipedia, "Los solsticios son aquellos momentos del año en los que el Sol alcanza su máxima posición meridional o boreal, es decir, una máxima declinación norte (+23º 27') y máxima declinación sur (-23º 27') con respecto al ecuador celeste."

El solticio de invierno "Ocurre alrededor del 21 de diciembre y es llamado de invierno en el Hemisferio Norte o de verano en el Hemisferio Sur."

He aquí una imagen del evento:

Imágen: Iluminación de la Tierra por el sol en el solsticio de diciembre

¿Qué tiene de especial este solsticio? El solsticio de invierno marca el fin de la primavera y el incio del verano. En la antigüedad se decía que el sol despertaba de un largo letargo (o que volvía a nacer) y la naturaleza regresaba a la vida, por lo que se hacían diversas celebraciones. Los romanos durante la época de Jesús celebraban el Sol Invictus. En diciembre se celebraban también las Saturnales, en honor al dios Saturno.

Con el paso del tiempo el cristianismo empezó a extenderse por el imperio romano hasta llegar a convertirse en la religión oficial. Sin embargo esto no significó un cambio radical desde las creencias anteriores de los romanos y sus dioses a la adoración a Cristo y sus enseñanzas, sino una mezcla y modificación de ritos. Como dijo un escritor sirio cristinano: "La razón, nos dice, de que los Padres transfirieran la celebración del 6 de enero al 25 de diciembre fue ésta: era costumbre de los paganos celebrar en el mismo día 25 de diciembre el nacimiento del sol, haciendo luminarias como símbolo de la festividad. En estas fiestas y solemnidades, tomaban parte también los cristianos. Por esto, cuando los doctores de la iglesia se dieron cuenta de que los cristianos tenían inclinación a esta fiesta, se consultaron y resolvieron que la verdadera Navidad debería solemnizarse en ese mismo día, y la fiesta de la Epifanía en el 6 de enero. Por esa razón, y continuando la costumbre, se siguen encendiendo luminarias hasta el día 6".

El cambiar la celebración del renacimiento del Sol por el nacimiento de Cristo fue una gran idea, pues facilitó la aceptación de esta nueva religión por parte de los romanos los cuales mantenían sus ritos. Paulatinamente se fueron dejando de lado las referencias al Sol Invictus y dando énfasis a Cristo hasta llegar a lo que festejamos ahora.

La conclusión es sencilla: en Navidad celebramos lo que quedó de los ritos en homenaje al Sol, pero adornados como una celebración 'cristiana'.

Algunas referencias importantes: