Vinagre y Rosas a la hora de cenar
"A los cuarenta y diez naufragué en un plus ultra sin faro,mi caballo volvió solo a casa, ¿qué fue de John Wayne?
Me pasé de la raya con tal de pasar por el aro,
con sesenta, ¿qué importa la talla de mis Calvin Klein?"
(La viudita de Clicqout)
A poco de salir al mercado, el nuevo álbum de Joaquín Sabina, "Vinagre y Rosas" ya tiene dos discos de platino muy bien merecidos. Como es de imaginar, lo he escuchado varias veces y puedo decir que me siento muy satisfecho. Es como lo que esperaba, pero sin dejar de ser algo nuevo. Letras de gran contenido, la voz desgastada de Sabina y melodías españolas de acompañamiento sirven para crear ese ambiente bohemio-musico-literario-poético que le es tan característico.
"González era un ángel menos dos alas
Gonzalez era un santo por lo civil
un dandy con un ojo a la funerala
tan rojo, tan castizo y tan zascandil.
Hilaba en los garitos de mala nota.
Boleros de Machín con Juanín de Mieres
Apurando esos whiskys en los que flotan
La luna de las golfas y los crupieres."
(Menos dos alas, dedicada al poeta Ángel González)
Me llama la atención el hecho de que, a medida que pasa el tiempo, en las letras de Sabina se aprecian con más fuerza las influencias poéticas y de la literatura -principalemente española-, de las que él es asíduo. Tanto mejor, pues es un placer oir rimas que no solo suenan bien, sino que traen consigo algo de contenido intelectual para satisfacción de los que somos más analíticos con lo que oimos.
Incluso hay una canción dedicada al golpe de estado en Chile.
"La cuequita de mi Chile,
los listos de Guasingtón,
la marchitan con fusiles
que acribillan la razón,
malaya sean los desfiles
y el cristo que los fundó.
Los pobres no somos ricos
ni el cobre es más que la greda,
la libertad cierra el pico
desde que hay toque de queda,
pregúntale a los milicos
qué hicieron en La Moneda,
pregúntale a los milicos
qué hicieron en La Moneda"
(Violetas para Violeta)
En resúmen, creo que es un disco notable. Finalizo con unos versos de la canción que le da el nombre a esta última entrega de Sabina, Vinagre y Rosas:
"Cuando el flautista de hamelin
sacó un ratón de su bombín,
Polichinela se fugó con Arlequín.
Hay mariposas de arrabal
que nunca aprenden a volar,
vinagre y rosas,
a la hora de cenar."
(Vinagre y Rosas)
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