El despertar de un recuerdo olvidado
Esa extraña sensación de volverse a encontrar con algo que se había perdido hace mucho, mucho tiempo, antes de lo que la memoria alcanza a recordar. Un recuerdo oscuro como una noche sin luz, la cual al principio puede parecer negra, pero en la que los ojos, cuando de a poco se comienzan a acostumbrar, empiezan a diferenciar formas, sombras y sectores de luz hasta que, al final, agudizados, logran ver colores y ya la noche no se siente tan oscura ni uno tan desamparado.
Un recuerdo de esos que a primera vista parece algo nuevo, desconocido, aunque a la vez atractivo e intimidante. Y ese momento en que no sabes si correr a buscarlo o escapar a toda prisa hasta quedar sin aliento. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y la agitación de sentimientos vuelve a su lugar de tranquilidad, te das cuenta de que aquel suceso no es desconocido en su totalidad. Que en algún lugar dentro de tu pequeño corazón encuentra una correspondencia, una pequeña respuesta, una leve sensación de "esto ya lo conocía".
Y el caudal de emociones de nuevo se levanta, como si una parte de ti se empezara a despertar después de haber estado mucho tiempo dormida. Tanto tiempo que, al principio, esta nueva parte de la observas como si fuera un ser extraño. Y quieres saber como es, acercarte a ella y conocerla bien, abrazarla como a un amigo que regresa, traerla a su lugar original y pedirle que desempeñe su papel, que por tanto tiempo había quedado relegado en los polvorientos archivos del olvido, en la esquina más recóndita de tus recuerdos.
Mas otra parte de ti le teme, pues no sabe qué pretende, cómo reaccionará, qué alteraciones hará en ti mismo. Y se queda mirándola de lejos, en silencio, tratando de no llamar la atención y sin invitarla a entrar, hasta estar seguro de que no te hará daño.
Sin embargo, sabes que es una parte de ti. Y sabes también que posee ciertos recuerdos que tu has olvidado. Y también ciertas capacidades que, por alguna razón u otra, decidiste dejar arrumbadas por allí por creer que no te eran de utilidad. Y ahora esa parte comienza a despertars. Dentro de poco se despertará por completo. Luego comenzará a incorporarse. Al final se levantará y se quedará frente a ti, mirándote a los ojos, esperando tu llamado. Pues si se durmió es porque tú se lo pediste. Y si ha despertado es porque tú lo has querido.
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