Medicamentos para eliminar el síntoma
No sé si a veces les ha pasado. He visto a muchas personas que les ha ocurrido esto:
Se sienten enfermas, tienen alguna dolencia o malestar y van al médico. Este último les receta un par de medicamentos, y a los pocos días nuevamente se encuentran bien.
Luego, poco tiempo después, les aparece otra dolencia. Nuevamente acuden al doctor, y este les receta alguna pastilla y en pocos días la dolencia se ha ido.
Pero luego aparece un nuevo malestar, un poco más importante que el anterior, y repiten el ciclo.
Y tiempo después les aparece otro problema de salud, de más consideración que los anteriores.
Y luego otro, y otro, y otro, cada vez más graves.
Entre leer cosas y conversar con algunos médicos (de 50 años o más), me he enterado de que existen muchos medicamentos cuya única función es eliminar el síntoma y no la causa. Me explico: si alguien sufre de insomnio, le dan píldoras calmantes para que se relaje. Pero esas pastillas no relajan realmente, sino que atontan y anestesian un tanto, de forma que la persona pueda dormir bien.
Si te duele el estómago, te darán pastillas que te ayuden a quitar ese dolor.
Todo esto se ve muy bien, pero hay un detalle. La molestia se va, pero ¿se va también lo que causaba la molestia? Nuestro primer pensamiento es creer que sí, que ambas se van juntas. Pero ¿es tan así?
Cuando los medicamentos son elaborados para ser simples calmantes, lo que harán será precisamente eso: calmar. Pero eso no implica solucionar el problema. Permítaseme ilustrarlo con un ejemplo:
Es como si tuviéramos una ventana a la que le falte un vidrio, y para solucionarlo cerráramos la cortina. Es cierto, la falta de vidrio no se verá. Pero el vidrio sigue faltando. Y luego llegará el invierno y como el vidrio no está, el frío entrará a nuestro hogar. Nuestra casa va a estar muy helada Quizás le pongamos una alfombra para que no se sienta tan fría. Pero el frío sigue entrando. Comenzarán a formarse hongos y musgo en las paredes. Entonces podremos comprar algo que quite los hongos. Con el tiempo nuestras camas se llenarán de humedad. Entonces podremos comprar colchones nuevos y frazadas mejores. Podremos tener la estufa prendida las 24 horas del día. Pero aún así, con el paso del tiempo los moradores comenzarán a enfermarse.
¿Cuál es el error acá? Que no se está solucionando el problema. Simplemente se está tapando. Se está creando la ilusión de que el problema ya no está ahi. Y como no se le enfrenta, de a poco el problema comienza a crecer y a generar más molestias.
Pues esa casa podría ser nuestro cuerpo. Y las acciones tomadas por los dueños, pues aquellos medicamentos calmantes. Efectivamente el problema inmediato se resuelve, pero la causa de ese problema es dejada de lado, como si nunca existiera. Y como en todo orden de cosas, un problema que no se trata, por pequeño que sea, de a poco va a empezar a complicar las cosas cada vez más. Con el tiempo puede que la casa entera se vuelva inhabitable, y no va a haber mucho que hacer al respecto.
Personalmente me inclino fuertemente al lado de la medicina natural. Hace más de 9 años que no pruebo ni una aspirina. Pero no es mi intención convencer a nadie de que haga como yo, pues cada uno elige (consciente o inconscientemente) su forma de vida y eso no es asunto mío. Pero sí quisiera dejar la reflexión acerca de la importancia de elegir un buen médico, y no uno que simplemente recete calmante tras calmante. Porque medicamentos buenos, hay. De eso no me cabe duda. No sé si son los más populares, algo me dice que no.
Cuando el cuerpo presenta algún malestar es porque está activando sus mecanismos de defensa. Ese dolor, esa alergia, esa tensión estan ahí por algo. Son los mensajes de nuestro cuerpo para decirnos "¡algo no anda bien, ayudame!". ¿Y qué hace el común de la gente? Pues consume algo que "le quite el dolor". Eso es un calmante. Entonces el cuerpo sigue sufriendo, pero ya no puede quejarse. El problema crece y después afecta otras partes del cuerpo. Entonces surge un nuevo malestar. Nuevamente la gente consume otro calmante, y el problema "se va". Mentira. sigue allí, creciendo, venenoso, solo que no se nota, pues otra vez se ha hecho callar al cuerpo para que no avise que algo está pasando.
Al final, el cuerpo estará tan dopado y sus defensas y alertas tan restringidas que ya no podrá quejarse.
Y con el tiempo, en muchos casos, esto puede terminar en una enfermedad seria. Y la gente se lamenta diciendo "que les dio cancer", "que se volvieron alergicos", "que les entontraron un problema al corazón".
O sea, creen que la enfermedad apareció de la nada, pero qué mala suerte, ¿no?
Es más, varios médicos me han conversado acerca de que detrás de toda enfermedad existe una causa emocional. Y que si no se trata esa causa emocional conjuntamente con la dolencia, pues de una u otra forma ese problema emocional va a volver a causar un problema físico.
Pero quizás hable de eso en otra entrada.
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