Supongamos de la FE

Lo que voy a escribir es solo un supuesto. No me detendré a buscar pruebas que apoyen lo que voy a decir. Por lo demás, es posible que no las encuentre. Si las pruebas fuesen tan faciles de hallar como para escribirlas aquí, la cuestión ya estaría zanjada hace tiempo, para bien o para mal. Así que sigamos con esto.


Vamos a hablar de la Fe. Hasta donde la historia lo demuestra, en todos los pueblos, antiguos y nuevos, sus miembros han desarrollado alguna forma de adoración a un ser superior (dioses, entidades, angeles, demonios, ídolos...). Supongamos que la Fe es instintiva en el ser humano, al igual que la inclinación sexual (Hasta donde la historia lo demuestra, en todos los pueblos, antiguos y nuevos, sus miembros han desarrollado alguna forma de inclinación sexual).

Ahora, sigamos jugando con nuestra imaginación. Imaginemos un mundo donde el sexo se ha vuelto algo extremadamente pervertido. Un bebé llega a este mundo. A medida que crece y llega a la adolescencia, sus inclinacines sexuales (instintivas y de nacimiento) se van manifestando. Sin embargo, el mundo en que vive es extremadamente torcido, y le va mostrando que el sexo es para satisfacción unicamente personal. Que no importa si abusa de menores, o de mayores. O si usa animales, u objetos. Que no importa si miente o si engaña con tal de obtener placer. Imaginemos a la gente que vive en ese mundo. Muchas se abandonarán a esa vida, pues el deseo sexual es legítimo, y aceptarán saciarlo como se les ha enseñado. Otras, por su parte, empezarán a pensar que el deseo sexual es antinatural, que envilece al hombre y que debe ser negado.

¿Qué hará nuestro adolescente? Puede seguir a todos los demas, y sentir que sigue su inclinación. O bien puede mortificarse y rechazar sus deseos. O bien optar por una posición intermedia, que lo haga sentir bien. Es posible que con el tiempo nuestro hombre, ya maduro, si tiene lo que se conoce como un buen corazón, termine despreciando el sexo y afirmando que es contrario a la naturaleza del hombre.



Bien, más de alguno que lea esto se estará preguntando que qué tiene que ver esto con la fe, que era de lo que empezamos a hablar. Pues ahora viene la respuesta.

Supongamos que nuestro bebé nace de nuevo. A medida que crece siente cierta inclinación a seguir a un 'algo' superior. Sin embargo, el mundo en que vive está lleno de numerosas formas religiosas, la mayoría de ellas en desacuerdo con las otras. Trata se seguir alguna, para satisfacer su inclinación espiritual, pero observa que hasta los mismos miembros son falsos y las enseñanzas no tienen real fundamento. Puede darse cuenta de que muchos odios, divisiones y peleas son provocados por la religión. Que muchos líderes religiosos son acusados de abusos.

¿Qué hará nuestro adolescente? Puede seguir a todos los demas, y decir que sigue su inclinación. O bien puede mortificarse y rechazar sus deseos. O bien optar por una posición intermedia, que lo haga sentir bien. Es posible que con el tiempo nuestro hombre, ya maduro, si tiene lo que se conoce como un buen corazón, termine despreciando la fe y afirmando que es contrario a la naturaleza del hombre.


Creo que ya se puede vislumbrar lo que trato de decir. Como mencioné al principio, esto no pretende pasar más que por una idea que atravezó mi mente en una tarde (en que estaba afiebrado, por lo demás).

El sexo es algo instintivo en el ser humano, pero podría ser considerado una aberración por algunas personas en un mundo de humanos pervertidos.

Tal vez la fe también sea algo instintivo que buscamos llenar, pero es duramente deformada por el odio y las mentiras que se ocultan tras muchas de las creencias e instituciones que afirman ser hechas para satisfacer ese deseo.

¿Pero eso invalida la fe como sentir?