La división de almas

Y desde que llegó a la adolescencia se le empezó a ocurrir la idea de dividirse en varias personas. La idea era simple: dividir su alma en varias almas iguales a él, y destinarlas a diferentes vidas. Una de ellas se dedicaría a la bohemia y la vida nocturna; otra, a practicar artes marciales hasta llegar a ser maestro; otra se dedicaría a estudiar informática; otra más, a recorrer el mundo como vagabundo; otra a leer la mayor cantidad de novelas posible; otra estudiaría química o biología; una más se dedicaría al arte y la pintura y se iría a Europa; una se volvería escritor; otra político, y así.

Pasados los años, todas las almas volverían a reunirse y se fusionarían en una sola persona, tal como fue al principio. Y esa persona, resultado de la unión de todas esas almas, poseería los recuerdos, la experiencia y los conocimientos de todas las otras.

Aún él tenía la duda de si una persona podría soportar el colocar en su mente los recuerdos de tantas vidas de un solo golpe. Temía que, si lograra hacerlo, enloquecería por la sobrecarga de vidas tan dispares y vivencias tan distintas.

Además, al momento de la unión, deseaba poder elegir algunas características de algunas almas sobre las de otras. Así, deseaba mantener el estado físico del alma que hubiera practicado artes marciales y el encanto por la belleza que habría tenido el alma artista.

Esta idea le daba vueltas por la cabeza, a medida que pasaban los años y cada vez deseaba más hacer miles de cosas distintas. Pero debía elegir, pues la verdad es que uno no puede partirse en dos, mucho menos en decenas o cientos.

¿O sí...?

Un día se despertó preocupado. Una sensación extraña lo recorría. Era algo extraño. Las ganas de hacer miles de cosas no habían cesado y muy bien sabe él que no cesarán jamás. Pero se le estaba ocurriendo (¿ocurriendo?) una idea extraña y algo aterradora.

¿Qué pasa si la división de almas en verdad ocurrió, y él es una de esas almas duplicadas, puesta en una existencia de la que debe sacar el mayor provecho que pueda? ¿Y si, llegado el momento, deberá unirse con las demás almas en un solo ser? ¿Y dónde quedarían sus recuerdos, su personalidad, sus metas? ¿Acaso se desharían, mezcladas en un inmenso mar de imágenes, recuerdos, creencias de decenas, cientos o tal vez miles de otras almas como la suya?

La idea le ha causado tanto pavor como fascinación. El ser un trozo de lo que siempre ha anhelado ser, aguardando a que llegue el momento de la feliz reunión.