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Por el derecho a una vida express

2 comentarios

Hace pocos días corría hacia la universidad -iba atrasado, miércoles por la mañana- cuando alcancé a ver un anuncio en uno de esos centros de belleza que decía, en letras destacadas, 'Bronceado Express', acompañado de la foto de una chica con un tostado rojizo, como ese que queda cuando alguien se asolea demasiado en los días de verano.

Pensé en lo estúpido que sonaba el aviso y en lo fuerte que sería la exposición a los rayos esos que broncean,  a los que se tendría que exponer la persona interesada en el bronceado instantáneo.

Horas después, más relajado, la idea volvió a cruzar en mi mente, y ahora contaba con el tiempo suficiente para masticarla con más cuidado. Y me puse a pensar en el café express, colaciones express, y me di cuenta de que hay muchas -demasiadas tal vez- cosas express.

Tenemos preuniversitarios intensivos (express), dietas express, créditos de consumo express, cursos express, tratamientos de belleza express -aparte del ya mencionado-,  programas de ejercicios físicos express, cursos de lectura rápida -express-, y un largo etcétera.

La idea de fondo es siempre la misma: lograr las cosas en el menor tiempo posible -tiempo express.

¿Pero lograrlas rápido para qué? Sencillo, pues para empezar pronto a hacer otra cosa express, y después otra más, y tomar un curso express, y un tratamiento express, comprar un auto express para ir por una carretera express, formar una relación express....

Y al final de todo, vivir una vida express.



Una vida donde lo único que importe es lograr la meta pronto para seguir tras la próxima meta, que nos espera impacientes y que si no la alcanzamos, seguro se irá.



Y producto de eso hacemos cada cosa muy de prisa, sin siquiera estar con la disposición de ánimo para disfrutarla, pues lo único que nos importa es la meta final, y después la otra meta, y la que viene más allá.

Y cuando estemos viejos podremos contar que hicimos miles de cosas,  aunque quizá no podamos contar qué pasó mientras las estábamos haciendo, porque estábamos demasiado preocupados de terminar pronto.

¿Y cuál es la razón de querer hacer tantas cosas? Hay que superarse, para ganar más dinero, para poder vivir mejor, para no quedarse sin trabajo,  porque es necesario....Incluso habrán quienes no sepan qué responder, pues es algo que tienen tan interiorizado que la pregunta puede parecerles estúpida e incluso ofensiva. Y habrán algunos que simplemente no sepan qué responder.



¿Será verdad  que debemos cumplir tantas metas? ¿Existirá en realidad una meta final? ¿O acaso estamos como las ratas en su jaula, corriendo día tras día en la rueda, creyendo que avanzamos porque cada vez nos cansamos más, pero a fin de cuentas seguimos dando vueltas en el mismo lugar?


 Algun día, cuando ya estemos tan viejos y débiles que no podamos seguir tras la próxima meta, y nos veamos obligados a sentarnos para descansar nuestros huesos gastados, contemplaremos cómo la gente joven pasa aprisa por nuestro lado, luchando cada minuto de su vida por alcanzar cosas lo más pronto posible. Pero no podremos ir con ellos, pues nuestras energías ya no serán como antes.


 Y tal vez nos quedaremos mirando la sombra de un árbol a la hora de un atardecer, mientras el sol hace juego con las sombras de las hojas y una suave brisa flota en el ambiente. Y veremos una hoja caer desde el árbol balanceándose suavemente hasta llegar al suelo. Respiraremos profundo y nuestros envejecidos pulmones se llenarán de aire puro del ocaso. Y puede ser que miremos hacia el cielo, y estemos largo rato contemplando las nubes y las formas y colores que dibujan los rayos del sol en ellas. Y que nos sintamos contentos de poder estar ahí, de ser parte de ese momento en que el tiempo se ha detenido. Y que nos quedemos pensando en que hace muchos años que no teníamos un momento así. Y que de pronto una inmensa angustia se apodere de nuestro corazón, al comenzar a tener la desagradable sensación de que nos hemos perdido algo muy,  muy importante en la vida, de lo que recién ahora empezamos a tener una leve conciencia de que existe.Pero ya es demasiado tarde. El tiempo de morir está cerca y no se puede dar marcha atrás...

El final de una vida express.

2 comentarios :

Anónimo dijo...

es la ambición y la ansiedad del fututro, la competitividad... siempre postergamos la felicidad a un acontecimiento, que cuando sucede volvemos a postergar...

Cuando seamos viejos y veamos todas las cosas express que hemos hecho comprenderemos que al único lugar al que nos han llevado es al mismo que todo el mundo: la vejez!



Las mejores cosas son las que se hacen a fuego lento :)

Anónimo dijo...

Pero hombre por dios tu preocupate de hacer bien tus cosas , lo que te rodea terminara siempre importando poco al final en la vida lo que queda es lo tu haces por ti mismo , si hay cosas express no es algo tan terrible despues de todo